El gobierno y la industria del transporte son responsables de identificar la vida silvestre comercializada ilegalmente dentro de los envíos comercializados legalmente. Esto debe ocurrir en tiempo real, el papeleo es largo y complicado, y la carga está en caja y no siempre es claramente visible.

El alto volumen de comercio significa que la inspección directa a mano, perros entrenados con aroma o rayos X, solo puede cubrir un pequeño porcentaje de los envíos (en el mejor 10%). Antes de la inspección, el proceso se basa en la evaluación manual de la documentación asociada para determinar si se debe inspeccionar un envío. El papeleo de envío incluye una declaración (una o dos páginas), una factura (más de 30 páginas) y otra información tal como certificados sanitarios o comerciales CITES.

Los inspectores clasifican manualmente estas pilas de papel para identificar anomalías tales como especies incluidas en la CITES en la factura que no se declaran o carecen de certificados legales y apropiados. Se espera que los inspectores y los funcionarios de la industria conozcan los nombres científicos y el estado de protección de cada especie en el planeta.

Para ser efectivos, los inspectores deben operar lo suficientemente rápido como para procesar los envíos de manera oportuna pero lo suficientemente diligente como para detectar irregularidades. Es este procesamiento manual el que crea un cuello de botella para los inspectores y proporciona una oportunidad en la que pueden operar los comerciantes ilegales.